A sus 82 años, Ishihara, que ostenta el cargo de consejero especial del Partido para las Generaciones Futuras, aspira a lograr uno de los 180 escaños de la Cámara Baja que se asignarán mediante representación proporcional al ser parte de la lista que su formación presenta en la circunscripción de Tokio.

"Como soy viejo, me veo cansado y estoy pensado en la jubilación. Dejaría la política después de estas elecciones (en caso de no obtener un asiento)", dijo, en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo, Ishihara durante un acto de campaña de su partido en la prefectura de Nagano (centro de Japón).

Tras haber sido alcalde de la región metropolitana de Tokio durante 13 años (entre sus logros se cuenta el haber encabezado la exitosa candidatura olímpica de la capital nipona), Ishihara dimitió voluntariamente del cargo en 2012.

Lo hizo para retornar a la política nacional (entre los sesenta y los noventa fue parlamentario y llegó a ser ministro de Transporte con el conservador Partido Liberal Demócrata) y así, según él, "salvar Japón del hundimiento".

Junto al también polémico exalcalde de Osaka, Toru Hashimoto, fundó el conservador Partido por la Restauración de Japón (ahora refundado como Partido para las Generaciones Futuras) y logró un escaño en las generales de 2012.

Su carrera ha estado marcada por la polémica debido a sus incendiarias declaraciones contra los homosexuales, los inmigrantes o las mujeres -de las que llegó a decir que tras la menopausia no sirven para nada- o por su campaña para recolectar fondos y comprar las islas Senkaku, cuya soberanía enfrenta a Japón y China. EFE