El escenario de que los precios para el crudo ecuatoriano estarán alrededor de 50 dólares descuadra las finanzas públicas; y ello va a afectar un proceso político económico con seguidores y modelo regiónal.
La crisis que se viene es una gran oportunidad de revisar el camino andado en casi 8 años de gobierno del presidente Correa. Ha sido un tiempo de cambios, de aciertos, improvisaciones, y de lucha de intereses contrapuestos. Los altos precios del petróleo y el incremento de recaudación de impuestos han posibilitado que Ecuador invierta en variados campos y obtenga unos récords de mejoría en calidad de vida, equidad social, modernización, que debe preservarse.
La crisis que se avecina es buena oportunidad de rectificaciones y reencuentros. El modelo de desarrollo en curso que tiene una resultante positiva, pero para su sustentabilidad requiere de la concertación y aporte de la óptica del sector privado, porque ellos hasta ahora están poco integrados a un proyecto de sociedad que requiere de su contingencia en época de crisis, así como para hacer eficiente, pujante la bonanza.
La crisis que está por venir debe llevar a que cambiemos el tremendismo que hay en gobierno y opositores. La realidad no es de buenos y malos, ni de honrados y corruptos. Hay un enfrentamiento verbal nocivo para el consciente colectivo; y por ello desde la presidencia debe presentarse un cambio del lenguaje. Y que se muestre que la disidencia de opiniones es aceptada y respetada, por el bien del propio gobierno.
La crisis que se avecina puede ser aprovechada por los enemigos externos y juego de intereses que tiene el país. Las varias demandas que hay en tribunales internacionales; la disputa con Chevron; la problemática con EE.UU. por la extradición de los Isaias; las definiciones para el financiamiento de la refinería del pacifico, son asuntos que deben unir a todos los ecuatorianos. Y el gobierno debe liderar una concertación. La Presidencia pro tempore de la CELAC y ser capital de UNASUR exigen vivir plena democracia.
En el plano individual, la crisis es una oportunidad para reforzar el ideal, la responsabilidad de que es por nosotros mismos que debemos de crecer, mejorar, mutar, perfeccionarnos. El estado puede ofrecer un marco, pero será solo por la autoconciencia propia, esfuerzo, determinación, que vamos a lograr las metas que nos proponemos realizar.