Pero sólo el 2 % de estas denuncias son reales, puesto que en la mayoría de los casos  ellas decidieron huir con el novio o pareja, indicó Wilmer Marín, sargento de la Policía de Menores (Dinapen). 

 

Uno de los casos que se investiga es el de María (nombre protegido), quien desapareció hace dos semanas de la casa de sus padres. 

Ellos presentaron una denuncia en la Dinapen para que se realizara la investigación y ésta determinó que la adolescente su fugó con su novio. El agente que lleva adelante el proceso indicó que a través de un monitoreo que hizo el ECU-911 se pudo rastrear el número telefónico de la joven y ella estaría en una parroquia de Portoviejo. Pero el caso se vuelve más complejo, ya que la persona con la que se fugó tiene una denuncia vigente por abuso sexual. La Policía espera resolver este caso en los próximos días y capturar al individuo. 

Denuncias. En las oficinas de la Dinapen cada día se presentan de tres a cinco denuncias de adolescentes desaparecidos y para determinar si una de estas es falsa o verdadera depende de la investigación que haga el agente. Marín indicó que los padres de familia deben aprender a diferenciar el delito de desaparición y el secuestro, porque al hacerlo ahorrarían recursos al Estado. Ademas agregó que se considera a una persona como desaparecida cuando no se tiene indicios de su paradero; mientras que el secuestro, en el caso específico de menores y adolescentes, es cuando un adulto saca a un menor de su entorno sin su consentimiento. Luego que la denuncia por desaparición es presentada se activa el trabajo de instituciones públicas como la Fiscalía y Dinapen, además de empresas privadas como los medios de comunicación. Marín indicó que en el distrito de Manta, Montecristi y Jaramijó trabajan aproximadamente 10 agentes y cada uno tiene a su cargo hasta cinco casos por resolver. 

Pena. El Código Orgánico Integral Penal (COIP), contempla en el artículo 161 que la persona que prive de la libertad, retenga, oculte, arrebate o traslade a lugar distinto a una o más personas, en contra de su voluntad, será sancionada con pena privativa de libertad de cinco a siete años. Pero contempla actos considerados como agravantes que pueden llegar a una pena de trece años.