El país lo pedía a gritos desde hace mucho tiempo, pero nadie quería tomar la sana decisión de poner fin, o al menos iniciar la dura lucha en contra de una de las principales causas que atenta contra la salud de ecuatorianas/os, el combate a la ingesta de alimentos prohibidos, rápidos o “comida chatarra” que afecta a sanos y enfermos. Aplicar impuestos a grandes mercados nacionales y transnacionales es lógico y sensato por parte del actual mandatario, de seguro que habrá el apoyo de todo un país, en especial de quienes se dedican al cuidado de la salud: médicos del deporte, cardiólogos, médicos generales, epidemiólogos, profesionales de la educación física, entrenadores, preparadores físicos, propietarios de gimnasios y academias deportivas, nutricionistas, entre otros.
Cuando no hay cultura suficiente, la aplicación de ciertas medidas preventivas debe ser drástica, caso contrario no existirán los efectos esperados; es parte de la idiosincrasia y cultura nacional, por ello, los pequeños comerciantes no deben preocuparse, no les afectará esta situación. Siendo un gran problema la solución debe ser en todo el país, Habrá que hacer ajustes facilitando los controles sanitarios, selección de comida apta y nutritiva, evitar venta de comida con exceso de grasa saturada, para que la población, a través de una equilibrada alimentación, pueda gozar de un completo estado de bienestar biopsicosocial y no enfermarse por ingerir comidas peligrosas, que están “matando” a la población (El 80% de enfermedades es por incorrecta alimentación).