Para tener idea del control que tiene el hombre más rico del planeta sobre el negocio de las telecomunicaciones, mencionaré que, solamente en Brasil, se hallan activados 65 millones 239 mil celulares operados por Claro, claro.

La fortuna de este afortunado mexicano-libanés, dicen los analistas económicos, es mayor que el Producto Interno Bruto de cualquier país de América Central. Y, funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) sostienen en un informe: “Si el empresario fuera una nación, sería la economía número 70, por debajo de Eslovenia y por arriba de Omán”. Mientras que yo, sin ser experto en nada, ni mucho menos funcionario del FMI, puedo aseguraros, que la cantidad de plata que rebosa en estos instantes de los bolsillos de Carlos Slim ($ 79.600 millones), serviría para costear durante dos años y pico el Presupuesto General del Estado ecuatoriano, proformado en $ 36.317 millones para el 2015.

Sobre el tema, la semana pasada sugerí que las telefónicas móviles entreguen “regalías” al Estado, similares a las que pagan las petroleras por la extracción del crudo. ¿Qué tal un 20% de las utilidades netas para las operadoras y un 80% para el Estado? O, en su defecto, nacionalizar el servicio telefónico privado en todas sus modalidades, tal lo han hecho la mayoría de los países socialistas y en algunos capitalistas.

¿Es que todavía no nos damos cuenta de que el mejor negocio del mundo es el de las telefónicas… bien administradas? ¿Y que el segundo mejor negocio del mundo, es el de las telefónicas… mal administradas? Poned atención a un sencillo detalle, plis: En febrero, víspera de elecciones, se anunció una multa de $ 138 millones a Claro, equivalente al 10% de sus utilidades. Este dato (desactualizado) demostraría que Claro tendría supuestamente beneficios por $ 1.380 millones (hasta entonces), con el control del 69% del mercado nacional.

¿Qué tal, si se toman en cuenta mis interesadas sugerencias, en lugar de enredarnos con tablas y % % de “regalías” que los mal pensados creen que se están cocinando con dedicatorias para favorecer al Rico Mac Pato mexicano, cuyo yerno,  Hajj Abounrad (¿nombre de Faraón?), habría sido visto merodeando otra vez por la Plaza Grande, el Panecillo y la Guaragua, ah?