El proyecto, denominado ‘Retratos genéticos’, consiste en la unión de dos fotos de personas distintas, unidas por un lazo sanguíneo: Hermanos, padres e hijos, tíos y sobrinos.
Los resultados son más que sorprendentes y muestran que cuando se trata de rasgos faciales, los genes lo deciden todo. “Es un trabajo de investigación fotográfica sobre las similitudes genéticas entre miembros de la misma familia”, dijo el fotógrafo.