El alto grado de contaminación que dice tiene el afluente lo hacen dudar de ingresar al lugar donde se divertía nadando y sumergiéndose. 

“Ahora no, no se puede”, señala.

Castro junto a integrantes del Colectivo Intercomunitario por la Defensa Ecológica del río (CIDER), desde el año 2004 realizaban la bajada de las balsas por el afluente con el objetivo de llamar la atención del alto grado de contaminación. Sin embargo, lamentó lejos de hacer reaccionar a las autoridades lo que lograron varios de sus compañeros fueron, sarna, urticaria y otras afectaciones a la piel “y el río sigue peor”, señaló.

LOS PROBLEMAS. Aseguró que siguen con el monitoreo del cauce, así han logrado identificar los principales problemas desde Poza Honda hasta La Boca de Charapotó, donde el río se une con el mar.

Mencionó que el primer problema es el grave azolvamiento que cada año, sobre todo en invierno, sufre el cauce. Mencionó que la sedimentación existe en la misma represa que, según sus cálculos, ha perdido el 30 por ciento de almacenamiento debido al lodo sedimentado, agregó que en el trayecto de sus más de cien kilómetros aparecen otras represas o tapes en Santa Ana, Picoazá, Higuerón Adentro, El Ceibal, La Guayaba, Las Jaguas y El Cerrito.

El segundo inconveniente es la grave deforestación de las partes altas de Manabí, ya que dijo esas zonas quedan sin árboles, desprotegidas y con las lluvias, más la ganadería que se implementa, la tierra se erosiona y con el agua llega hasta los ríos y el lodo estrangula los cauces.

Otro problema mayor son las descargas de aguas servidas que en ocasiones son de las pozas de oxidación de varios cantones y también hay conexiones de tubería directas al sistema de aguas lluvias que caen al río. 

Sólo en Portoviejo hay más de 400 descargas, dijo.

El cuarto problema son las plantas de tratamiento de agua potable (hay cuatro) que utilizan químicos para clorar el agua y muchos de esos residuos van a los cauces, aseguró.

Restos de pesticidas para labores agrícolas también llegan al río y es otro de los inconvenientes.

Castro indicó que la acción de las autoridades ha sido muy débil “y aunque el diagnóstico es grave, nadie invierte en este enfermo”. Ángelo Traverso, director provincial del Ministerio de Ambiente, señaló que el caso del río es tratado en una mesa especial del Comité de Operaciones Emergentes (COE), provincial y están a la espera de un plan del Municipio de Portoviejo de clausura o taponamiento de 386 guías clandestinas de aguas residuales que van directo al río, eso reducirá la contaminación, dijo.