Fernando, en el inicio de su libro, destaca hechos relevantes de música y cultura que se dieron en una época de inspiraciones, como califica la década de los sesenta en Portoviejo, resaltando, entre otras muy importantes, la creación del centro de diversión denominado “Las Vegas”, gestado por el empresario Miguel Barcia Bravo, quien durante más de seis lustros brindó espectáculos de todo orden que se destacaron a lo largo y ancho del país.

Es que don Miguel, por la categoría de las diversiones, entretenimientos y la calidad de los artistas que presento en su local, sin lugar a dudas convirtió a la capital manabita en la meca de la música, con artistas de talla nacional e internacional, resaltando, además, la amplia acogida que le brindó su público, el del Ecuador entero.

Y Fernando destaca el hecho de que “cuando algún portovejense le pregunta, “oye ,¿quién estuvo en Las Vegas?”, la respuesta orgullosa del nativo de la capital manabita es responder con otra pregunta, “¿Quién no estuvo?” . Y con el aporte de datos y estadísticas puntuales que conserva la cónyuge del gestor, doña Letty Mendoza de Barcia, ilustra al lector de su obra con puntuales detalles de presentaciones artísticas de famosos, que nos deleitaron por décadas inolvidables. 

“Después de los Aplausos” es un libro que nos retrotrae a un pasado inolvidable, que el tiempo no desvanece por las añoranzas que en él se dieron. Es resaltar, recordar y elogiar a un empresario que lo dio todo por convertir a su ciudad con su centro de diversiones, en un ícono del país; y que logró su cometido con el inmenso sacrificio que esto conlleva.

Al resaltar la magnitud de la obra en la noche de gala de su presentación, el Dr. Vicente Mendoza Pavón, describiendo la narrativa justa de su autor Fernando Macías, destaca a Las Vegas como un lugar donde el amor tuvo cabida con el espacio aglutinante de la música, maravilloso vértice donde se desarrollan los afectos. Y al destacar el aporte de don Miguel Barcia Bravo a Portoviejo, recaba que el testimonio de la gratitud a su obra debe ser reconocido con absoluta justicia, con el testimonio de la gratitud que mora en los nobles corazones. Y con el derecho que le otorga su calidad de ciudadano vecino de este cantón, solicita que el puente construido donde se edificó “Las Vegas” lleve el nombre de Miguel Barcia Bravo, para eternizar su recuerdo, pedido al que, al unísono, con sencillez nos unimos se considere y se otorgue.