En el año 480 de la vida de Noé, cuando todos sus antecesores que siguieron a Yahweh habían muerto lejos de los hijos de los hombres, sólo había quedado el venerable Matusalén, quien era abuelo de Noé. 

Noé y Matusalén transmitieron todas las palabras y mensajes de Dios a los hijos de los hombres, día tras día, por un lapso de 120 años. Pero los hijos de los hombres no querían escuchar sus mensajes, ni inclinar sus oídos a sus palabras. Dios-Yahweh les había otorgado su longanimidad divina (periodo de gracia) con el fin de evitar la destrucción por agua.  

En aquel tiempo, Noé se abstuvo de tomar esposa, para tener descendencia, porque él pensó: “Seguramente el Todopoderoso destruirá la tierra; por esa razón tendré hijos”. Noé era un hombre justo, perfecto en su generación y Dios-Yahweh lo escogió para levantar y construir un arca. Y el Señor dijo a Noé: “Toma para ti una esposa, y ten hijos, porque he visto tu rectitud delante de mí en esta generación. Y tú levantarás un arca y tus hijos entrarán contigo”, y Noé fue y tomó por esposa a Naamah una hija de Enoc, y ella era de 580 años de edad, y Noé de 498 años cuando él desposó a Naamah.  

Naamah fue fecundada y dio a luz un hijo y llamó su nombre Jafhet, diciendo: “El Todopoderoso me ha aumentado en la tierra”; y ella estuvo encinta de nuevo y dio a luz un hijo y llamó su nombre Sem, diciendo: “El Todopoderoso me ha hecho un remanente, para levantar semilla en medio de la tierra”. Noé tenía 502 años cuando nació Sem, y los hijos de Noé crecieron y fueron por los caminos de Yahweh en todo lo que Matusalén y Noé les enseñaron. Su último hijo fue Cam quien “vio la desnudez de su padre”, se encaminó con mal proceder ante los ojos de Dios. Más todos los hijos de los hombres que conocían al Dios de Noé, incluido Matusalén, murieron antes de que Yahweh trajera el mal sobre la tierra. 

La inundación llegó a los 600 años de la vida de Noé, pudiendo el patriarca vivir aún 350 años más, tiempo que permitió ver la construcción de Babel por su afamado nieto Nemrod, 100 años después del diluvio y vislumbrar la vida de sus descendientes hasta la 8° generación.