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Libertad Regalado E.
EL CANTOR DEL PUEBLO

E n 1940, en una casita de caña, en el sitio Dos Bocas, donde se unen el río Guineal que viene de las montañas de Noboa y el río Calvo que baja de la montaña de Jaboncillo y forman el Río Puca, nació Zoilo Agustín Mieles Mieles, a quien lo conocen como “Zoimieles” Estudió tres años en la escuela Joaquín Olmedo, creada en el año 1905, y el cuarto grado lo hizo de forma particular, ya que en la escuela no pudo seguir estudiando. Recuerda haber aprendido de memoria el libro “Semillitas”.

Jueves 30 Octubre 2014 | 04:00

Doña Ángela María, su madre, le inculcó la curiosidad y la responsabilidad, le gustaba leer mucho, conversar, contar chistes, anécdotas de la vida de los comarcanos; esto unido al disfrute de los versos relacionados con la vida del pueblo, de un hombre analfabeto, a quien apodaban “El cojo Silvanía”, le motivaron a escribir.
Recuerda que su primera copla la escribió en 1976, cuando quisieron sacrificar en el pueblo una vaca en mal estado: “Una vaca bien hedionda / nos iban hacer tragar/ cerca de la Silla Honda/ ya la iban a matar”. 
A partir de esta copla se hizo parte de su vida contar en versos lo que pasaba en su pueblo. En los primeros años firmaba con el seudónimo de “Juan Q León”, tenía mucho recelo de la reacción de las personas a quienes citaba en los versos. Con el pasar de los años se convirtió en el termómetro político y social del pueblo; la gente espera las coplas, especialmente cuando ha ocurrido algún hecho fuera de lo usual. Son repartidas por tres o cuatro amigos que las reproducen y entregan a los propios y extraños para que se regocijen con su lectura.
En el transcurso de su vida ha hecho de todo para poder salir adelante, menos robar, dice él con mucho orgullo. 
Fue albañil, agricultor, bombero, arriero, comerciante, balsero, canoero, cuadrillero. También fue bohemio y enamorador, hasta que conoció a Inés Cevallos, cuyo amor le hizo sentar la cabeza y desde allí ha sido fiel a ella, a sus cinco hijos, 10 nietos y 3 bisnietas.
Por unos 33 años tuvo un local comercial al que le puso de nombre “Minimercado Tiobalto”, en homenaje a su padre.
Aquí no solo vendía de todo, aprendió a recetar medicina para curar personas y animales.
Pero lo que más le gustaba era que se ponía al día de todo lo que pasaba en el pueblo y en el campo, eso le ayudaba a recopilar anécdotas y a escribir sus coplas, que han ido contando la vida de Olmedo. 
Leer las coplas de Zoilo Mieles es transitar por la historia de este original cantón, con sabor y olor a campo, donde la identidad manabita se siente en cada uno de sus rincones. 
Ojalá la Alcaldía pueda editar un libro con ellas. 
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