A l amable lector del presente comentario, desde ya le pido las disculpas del caso, toda vez que la materia a tratar a lo mejor para unos puede construir una herejía que no tiene nombre; pero, así pensamos y yo jamás me guardo nada. En todo caso, era un tema que desde hace mucho tiempo atrás quería socializarlo pero no me atrevía hasta ahora, que me decidí al ver el pragmatismo y la frescura con la que se escribe cuando un pueblo conmemora año de fundación. Y sobre todo la alegría desbordante con la que se lo celebra, cuando lo sensato y lo que en verdad deberíamos recordar es la pena que nos causa este capítulo negro de la historia incásica, debido al atropello y a la masacre más grande ocurrida a nuestros nativos en aquella época por estos lares del mundo, por ser un acto de barbarie protagonizado por delincuentes españoles de última calaña, que, salidos de la cárcel, las autoridades españolas de la época decidieron liberarlos para que se vayan a morir y darle a su vez gusto al genovés conquistador, Colón.