Luego de los reclamos y observaciones del Presidente Correa, las autoridades y contratistas involucrados en esos controles y mantenimientos, han comenzado a actuar y a tratar de poner las cosas en orden, lo que demuestra a las claras que variados sectores del país y principalmente de Manabí, han estado abandonados a su propia suerte, como si no tuvieran importancia para los organismos y funcionarios llamados a velar porque los dineros del pueblo sean bien invertidos y prolijamente controlados en la ejecución y mantenimiento de esas obras que no son un regalo de nadie, sino que las mismas deben estar llamadas a solucionar la diversidad de problemas que aquejan a este sector y a muchos otros que con toda seguridad están en peores condiciones.

Las pruebas están a la vista de todos y ha sido el mismo Presidente Correa quien ha puesto el dedo sobre la llaga. Ha sido el mismo jefe de la llamada Revolución Ciudadana el que ha dado a conocimiento público de las fallas de esa revolución, la que entre otras cosas no financia ninguna obra como lo dicen los rótulos que identifican tales obras, ya que es al pueblo, el que a través del gobierno de turno, al que le toca pagar el financiamiento de las mismas.

Viajes del Presidente Correa como el comentado por esta región norteña de Manabí son beneficiosos para el país, porque las consecuencias ya están a la vista, con la seguridad que en adelante se tendrá más cuidado en la ejecución y mantenimiento de obras, para que no suceda, por ejemplo, con lo acontecido con la regeneración urbana de San Vicente, ciudad en la que sus calles están peor que antes del contrato firmado por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas.Que continúen esos viajes inesperados y sin previo aviso, para que sea el propio Presidente quien constate la realidad de la República.