A todo esto hay que sumar las ideas liberales propugnadas por la revolución francesa que se propagaron en América como un reguero de pólvora; en especial, aquellos principios fundamentales como: el derecho a la rebelión del pueblo contra la autoridad, la independencia de los poderes del estado, el sufragio universal para la designación de autoridades.

La invasión napoleónica propició en nuestra América mestiza entre 1808 y 1809 la formación Juntas Patrióticas en defensa de los soberanos españoles presos en Francia y para resistir a los conquistadores franceses, constituyéndose en México (1808), Montevideo (1808), Chuiquisaca, (25 de mayo de 1809), La Paz (16 de julio de 1809), y en Quito (10 de agosto de 1809); cabe anotar que esta acción de Quito no fue seguida por Cuenca, Guayaquil ni Popayán; lo que sí ocurrió es que los gobernantes españoles de Lima y Bogotá organizaran un ejército, el cual ingresa por Guayaquil y a su llegada a Quito el 2 de agosto de 1810, proceder a cometer una de las peores barbaries, la masacre de los miembros de la Junta Patriótica a quienes habían apresado.

Una vez que retorna Fernando VII al poder, las colonias españolas en América se vieron obligados a ejercer funciones de autogobierno, motivadas por las crisis de España, ocupada por las tropas francesas. El debate se centró en si debían acatar a la autoridad española con el riesgo de convertirse en colonia francesa o constituirse en espacios autónomos. La decisión se inclinó por una asunción de autonomía del poder, que los llevó a ir fortalecer la conformación del nuevo grupo de poder, los criollos, quienes protagonizarán los movimientos revolucionarios.

Por lo que casi todo el proceso independentista tanto en la Real Audiencia de Quito, como en los Virreinatos estará en manos de una pequeña parte de la población, la criolla, quienes buscaron satisfacer sus demandas económicas, sociales y administrativas mediante la independencia política. De esto surge lo que Enrique Ayala Mora denomina el “proyecto criollo”.

En este espacio territorial que hoy se denomina Ecuador, al parecer hay un período de paz entre 1812 y 1820, que se ve de vez en cuando salpicado por problemas en diferentes lugares, en especial en aquellos pueblos donde se había concentrado el desarrollo de ciertos productos y desde luego del comercio tanto interno como externo (continuará).