El mayor número de estos dispositivos lo tiene los taxistas convencionales. 

 

Pompilio Álava, presidente del gremio en Manta, explica que en la ciudad cerca de 2. 143 taxis tienen cámaras de vigilancia, de un total de 2.643 carros. El restante de vehículos (500) no logró adquirir el equipo ofertado por el Gobierno, pero, según Álava, ya se realizan los trámites para obtenerlos. 

Cada taxi tiene dos cámaras de vigilancia, por lo que multiplicado por los 2.143 autos el resultado es que el “gremio amarillo” maneja 4. 286 de estos accesorios. 

Le siguen las 174 unidades de transporte urbano con dos en cada bus: total 348 cámaras internas, menciona Rigoberto Vinces, presidente de la Federación de Transportistas Urbanos de Manta (Fetum). 

El monitoreo en estos vehículos (taxis y buses) lo realiza casi en su totalidad el Sistema Integrado de Seguridad ECU-911. 

En el Centro de Atención Ciudadana se monitorean 76 cámaras del sistema “Ojos de Águila”, ubicadas en distintos sectores. Este centro es operado por personal de la Policía y la dirección municipal de Seguridad Ciudadana.

Vicente Cevallos, jefe de la dirección, revela que el ECU-911 gestiona la ubicación de otras 25 cámaras de vigilancia, adicionales a 24 ya instaladas.      

OPINIONES. Para Pedro Saldarriaga, psicólogo clínico, el vivir en una “ciudad vigilada” brinda seguridad a los ciudadanos, pero considera también que se pierde la privacidad de las personas al ser monitoreadas.  

Freddy Sarzosa, jefe de la Policía en Manta, recuerda que las cámaras están en lugares públicos, por lo cree que no existe violación a la privacidad. Él considera que la vigilancia brinda confianza en la gente.