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POR CULPA  DE SIMÓN
POR CULPA DE SIMÓN
Por: Pedro Vincent Bowen
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Domingo 12 Octubre 2014 | 04:00

M iércoles 01/oct/2014.- Mientras esperábamos que cesara la lluvia en el puerto de Acapulco para que se autorizara el zarpe del Yate “Bonanza” que nos pasearía por la bahía, conocí a un agente naviero. Se llama como el primer presidente mexicano: Guadalupe Victoria. Tal lo estáis leyendo, nombre y apellido femeninos… extrañísimo en un país de meros machos, no?

Este homónimo, supuesto descendiente de quien gobernó México durante 30 años (1824-1854), es el encargado de los trámites de embarque de 650 vehículos Nissan (ensamblados en Aguascalientes) en el buque carrero Eukor, con destino a Manta-Ecuador.
Pues bien, ninguna de las naves (de pasajeros, carga o turismo) pudieron hacerse a la mar ese día “por mal tiempo” en esa zona del Pacífico que, inclusive (más al Norte) estaba siendo azotada (Baja California) por el huracán Simón con probabilidades de desplazarse hacia donde nos encontramos.
¡Oh Simón, cuántos dolores de barriga, cuántos insomnios vienes causando! Incluyendo mi frustrado paseo por la bahía de Acapulco que me impidió conocer (aunque de lejos) las casas de famosos como Luis Miguel, Juan Gabriel, la Chilindrina, el Loco Valdez, Alexandra Guzmán, Mijares, Cantinflas, Ricky Martin y sus parejas sentimentales confesas (en su orden) Carlos González, Pablo Alborán, Ian Thorpe, Federico Díaz, Adolfo Cubas y nisecuantos más (según nos cuenteaba nuestro guía “Chava”). Cuando me identifiqué con Guadalupe Victoria X, quiso conocer detalles sobre Puerto Manta, destino de los Nissan. Empezó preguntando: ¿Cómo va la concesión? ¿Cuántos inversores-operadores portuarios han presentado ofertas? ¿Ya se han fijado fechas para el contrato? Confieso que se me hizo muy difícil contestar sus interrogantes. Rogaba (yo) a la Virgencita de Guadalupe (que visité cuatro días después en su Basílica del Distrito Federal), que viniera “Chava” en mi auxilio diciendo: ¡Todos al bus, nos vamos a ver los clavadistas! Y aunque os parezca increíble: ¡El milagro se hizo! Nos fuimos a ver cómo, una decena de intrépidos muchachos se lanzan al mar desde 32 metros de altura, entre dos murallas de piedras escabrosas y filosas separadas por escasa distancia que pone de punta mis escasos pelos.
Pero (el infaltable), confieso que sentí gran frustración no haber podido contestar al preguntón mexicano sus preguntas sobre Puerto Manta.
¿La Subsecretaría de Puertos pudiera contestar? ¿O la APM? ¿Será cierto el supuesto rumor del Supremo vicerazo suspensorio del contrato con Odebrecht para que los 175 melones destinados a mejorar las condiciones del puerto, se destinen a otros destinos aparentemente más profundos?
 
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