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MONTAJE
"Ochentaisiete", una nueva película ecuatoriana

Lunes 22 Septiembre 2014 | 03:00

Hacia el final de El Cuerpo, la novela de Stephen King que fue llevada al cine en 1986 bajo el título Cuenta conmigo, y que se convirtió en una especie de film canónico y definitivo sobre la pérdida de la inocencia y el final de la infancia, el narrador, pensando en el pasado, escribe algo como esto: nunca más volví a tener amigos como los que tenía a los doce años, ¿quién los tiene?

En Ochentaisiete, la película ecuatoriana escrita y dirigida por Anahí Hoeneisen y Daniel Andrade, el tema de la amistad es clave y funciona como el vehículo que sostiene toda la historia. Contada entre dos épocas a través de varios personajes, la cinta recuerda el Ecuador de los ’80, gobernado por Febres Cordero, un país en el que los movimientos de izquierda estaban aún desorganizados y eran considerados subversivos; para luego viajar al presente y hacer que esos personajes, amigos íntimos de la primera adolescencia, se reencuentren o por lo menos traten de entender quiénes son ahora. Quienes vieron Esas no son penas (2007), la primera película de Hoeneisen y Andrade, saben que los directores apuestan por historias contenidas, íntimas, acaso silenciosas o por lo menos construidas sobre pequeñas confesiones que revelan grandes acontecimientos emocionales. Aunque más proactiva y directa, Ochentaisiete continúa mostrando ese lado de la personalidad de los cineastas: coloca a los personajes, veinte años después de su momento de máxima conexión, en medio de situaciones incómodas que los acorralan y más temprano que tarde los obligan a decir sus verdades. ¿Quién tiene amigos como los que tuvo a los doce años? Puede que, décadas después, los conserves e incluso sean de tu círculo íntimo, pero la dinámica de la amistad es distinta, el tiempo pasa, las cosas cambian, la gente deja de ser lo que pensábamos que era, nosotros mismos, a ratos, somos incapaces de reconocernos cuando pensamos en quiénes éramos y en quiénes queríamos ser. La mejor cualidad de Ochentaisiete es mostrar esos cambios inevitables. 
A Pascal, el filósofo y matemático francés del siglo XVII, se le atribuye una de mis frases favoritas: el pasado es como un país extranjero, allí la gente hace las cosas de una manera distinta. En Ochentaisiete, el pasado detona los traumas del futuro y marca a la gente que habitó y aún habita ese país extranjero del que habla Pascal. Quizás ese país nunca se pueda abandonar del todo y, como la memoria, sea nuestro equipaje de mano: algo de lo que podríamos prescindir, pero nunca olvidamos.   
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