Uribe fue el foco del debate de control político celebrado en la cámara alta, donde el también senador Iván Cepeda, del izquierdista Polo Democrático Alternativo (PDA), le acusó a él y a su familia de tener nexos con narcotraficantes y paramilitares.
En concreto, dijo que Jaime Uribe, hermano fallecido del expresidente, tuvo una relación sentimental con Dolly Cifuentes, integrante del clan de los Cifuentes Villa, quienes supuestamente proveen de cocaína y blanquean el dinero del Cartel de Sinaloa.
“Solo prosperan las denuncias contra mi familia por estar relacionados conmigo”, afirmó Uribe.
También negó que hubiese incluido a paramilitares en su escolta mientras fue presidente y en respuesta a otra acusación de Cepeda, mostró una carta para probar que no participó en la junta directiva de una empresa cuyo socio principal era Luis Carlos Molina, supuesto abogado de Pablo Escobar y condenado por el asesinato del director del periódico El Espectador, Guillermo Cano.
Además de defender a su familia, dedicó gran parte de su intervención a hablar de su carrera política, negó haber tenido contactos con el exjefe de las desaparecidas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) Salvatore Mancuso, tal y como el propio paramilitar manifestó en declaraciones mostradas por Cepeda.
“Yo desmonté a los paramilitares, no los conocí. A Mancuso lo vi por mi vinculación a Montería en tres ocasiones públicas. Lo saludé y nunca conversé con él”, aseguró.