Leonard Cohen exhibe un momento vital excepcional y paradójico, toda vez que su talento está en plena expansión mientras su menuda figura se encoge más y más, y es que el intérprete de "Hallelujah" cumple ocho décadas de vida que celebrará con un nuevo álbum y, dice, con un cigarro entre las manos.
"Tendré 80 años en unos pocos días y he fumado durante 50, realmente me gusta fumar", ha constatado el músico en un multitudinario encuentro en Londres con periodistas de 25 países, ávidos de escuchar las palabras cavernosas, teñidas de nicotina y humo, que ese anciano de vivo ingenio y sonrisa traviesa aún proyecta y al que se recibe con aplausos reverenciales.