Hoy en día, el periodismo tradicional está atravesando una crisis debido, entre otros motivos, a la competencia existente en Internet. Por ello los medios tradicionales se han adaptado al cambio..Poco más de un euro es el dinero que nos gastamos al comprar un periódico. Pero, ¿para qué gastar un euro, si cada periódico tiene su propia versión digital? El papel se ha transformado en una pantalla que contiene todo lo que ofrece el papel y mucho más (audios, videos…). Internet se ha constituido como el principal instrumento para tratar de luchar por la defensa de la libertad de expresión y los derechos humanos. Así, redes sociales como Facebook y Twitter han adquirido gran importancia. A través de ellas los ciudadanos actúan como ‘periodistas’. De manera que contribuyen con información con la finalidad de reivindicar sus derechos y crear un cambio social. De este modo, la información llega a diferentes partes del mundo y logra crear incidencias en la sociedad. Pero, ¿puede llamarse periodista a alguien que acaba de crear un nuevo blog, una página en Facebook o de abrir una cuenta en Twitter? No exactamente. Sin embargo, para referirnos a alguien que ha llevado a cabo algunas de estas acciones, es necesario hablar de periodismo ciudadano.

En el periodismo ciudadano son los ciudadanos los encargados de recoger, analizar y difundir la información de forma independiente. 

No obstante, la labor periodística exige el cumplimiento de distintos requisitos. El principal de ellos es el respeto por la verdad y ello conlleva el rigor en la búsqueda de información, que debe ser fidedigna y verificable. Por tanto, el periodismo de hoy, desde el punto de vista de las redes sociales,  ¿sería periodismo? La función de un periodista es algo exclusivo a su gremio y lejano al ciudadano común. 

Pero, quizá, el descrédito generalizado hacia los medios tradicionales de comunicación se deba a que los periodistas profesionales sigan escribiendo desde posicionamientos ingenuos de presunta neutralidad, cuando en realidad están sometidos a la ideología política del medio para el que trabajan.

Los periodistas deben modificar las políticas empresariales para contrarrestar al ‘nuevo 

periodismo’ y así volver a recuperar la credibilidad de los ciudadanos porque para ser periodista hay que saber ser periodista.