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Riego
“La obesidad infantil es una enfermedad familiar”

Leonel (nombre protegido) tiene 13 años de edad, mide 1,50 metros y pesa 92 kilos (202,4 libras). Su Índice de Masa Corporal (IMC) es 40; es decir, que tiene obesidad tipo 2, lo cual, según la médico nutrióloga Any Terán, del hospital regional Dr. Verdi Cevallos, se considera obesidad infantil extrema.

Domingo 07 Septiembre 2014 | 10:50

Por su peso, el adolescente enfrenta problemas de salud, presión familiar y acoso escolar. Está bajo el cuidado de su abuela, no ha tenido un régimen alimenticio saludable, no hace deporte y sus padres, también tienen sobrepeso, consumen altos niveles de carbohidratos, grasa y azúcares. En la escuela es objeto de las burlas de sus compañeros, lo que incide en su autoestima. 
Gustavo Zambrano (42) tiene sobrepeso. Hace 3 años empezó a tener una alimentación adecuada y a realizar ejercicio, régimen en el que no incluyó a su hijo de 11 años, quien mide 1,52 metros y pesa 63 kilos (138,3 libras). Esto lo llevó, hace dos meses, a ponerlo en control con una endocrinóloga pediatra que recomendó alimentación equilibrada y deporte para que alcance el peso acorde a su estatura. Ahora, padre e hijo juegan juntos. 
MEDICIÓN. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), obesidad es cuando una persona tiene un IMC mayor o igual a 30 en relación del peso de una persona en kilogramos dividido para su altura al cuadrado (kg/m2).  De no recibir tratamiento y cambiar su estilo de vida, los niños y adolescentes obesos pueden sufrir complicaciones por enfermedades como diabetes tipo II, hipertensión arterial, dislipidemia, problemas cardíacos, riesgo de cáncer y problemas psicológicos por su apariencia, entre otros. 
CIFRAS. Según los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2011-2013, tres de cada 10 niños en edad escolar y 2 de cada 10 adolescentes tienen sobrepeso u obesidad, lo que representa niveles de una verdadera epidemia. Así mismo, 2 de cada 3 ecuatorianos entre los 19 y 59 años tiene sobrepeso u obesidad, señala el Ministerio de Salud Pública (MSP).
ALARMA. La Organización Panamericana de la Salud (OPS), indicó la semana anterior que los índices de obesidad y sobrepeso en Ecuador son “alarmantes” y constituyen una “epidemia en marcha”,  dijo Gina Tambini, representante de la OPS en Ecuador.
ETIQUETADO. Ante esta realidad alarmante, en el país se han implementado políticas públicas y un reglamento para el etiquetado de productos procesados, que dispone que en la parte superior izquierda de la cara frontal de todos los productos debe colocarse un gráfico con los colores de un semáforo que ilustre la presencia de grasas totales, azúcares y sal (sodio). 
Familia. Para el endocrinólogo pediatra Juan Carlos Párraga el problema no está en el niño y adolescente sino en la familia porque el menor no tiene dinero para comprar lo que necesita, son sus padres los que le ofrecen los alimentos que consume. Por eso, afirma, “la obesidad infantil es una enfermedad familiar”.
Él indica que el 98 por ciento de los casos de obesidad infantil es causado por exceso de alimentos o sedentarismo o por la mezcla de ambos, y el 2 por ciento restante es por trastornos genéticos u hormonales. En el primer caso se puede evitar, y controlar, con dieta y ejercicio; para el segundo no hay cura, sólo tratamiento.
Párraga atribuye el problema de la obesidad en niños y adolescentes a la educación cada vez más exigente que los obliga a estar sentados más de 4 horas haciendo tareas, a los juegos tecnológicos que han reemplazado a las actividades al aire libre y a una alimentación desbalanceada. El cambio en el estilo de vida de los ecuatorianos incide en ello.
“Se ha comprobado que hay grasa en las arterias de niños de 4 a 5 años; antes una persona sufría un infarto después de los 45 años, ahora hay riesgo de infarto de miocardio a los 28 años”, dijo.
NUTRICIÓN. Any Terán, médico nutrióloga con un posgrado en nutrición infantil en España, dijo que de los pacientes referidos por los endocrinólogos muchos pensaron que tenían problemas de la glándula tiroides y no obesidad.
Recordó que en la alimentación debe haber un balance entre proteínas, frutas y verduras, hidratos de carbono y lípidos y hay que beber abundante agua y hacer ejercicio. Aparte de eso está la carga genética que no se puede ignorar. “Somos lo que digerimos y aquello a lo que genéticamente estamos predispuestos”, recalcó.
BARES ESCOLARES.   Una de las medidas implementadas por el Gobierno es el control a los productos que se expenden en los bares de los planteles educativos, donde se prohibió la venta de productos envasados altos en grasas, azúcar y sal. Ahora se expende comidas preparadas en el momento, jugos naturales y frutas.
En colegios como el Santo Tomás de Portoviejo, donde hay tareas dirigidas y los estudiantes almuerzan en el plantel, la elaboración de las comidas se hace bajo control de una nutricionista. La chef Angélica Macías dijo que la nutricionista hace la planificación alimentaria y diariamente tienen un menú equilibrado en proteínas, carbohidratos y pocas grasas. La unidad educativa tiene más de 300 estudiantes que almuerzan allí y para los casos con sobrepeso o alergias se sigue la dieta señalada por el profesional, indicó Macías.
El docente Édgar Solórzano dijo que supervisan las loncheras para que los padres, a quienes se les advirtió sobre la medida al inicio del año escolar, no les pongan comida chatarra.
El endocrinólogo de Solca, Juan Carlos García, recordó que las etapas previas a la diabetes son asintomáticas, por lo que no hay que descuidarse y se debe recurrir al pediatra y luego al endocrinólogo para un diagnóstico seguro.
 
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