Don Gregorio era Teniente de la Marina Mercante, según decreto gubernamental que lo habilitaba como tal emitido en Trieste en 1877 y que le sirvió para que navegara por Europa recorriendo a los diversos puertos a los que por su actividad profesional le tocara arribar. Es por ello, que en gran parte de estos se encontrara con un producto agrícola que por su agradable olor le llamara cada vez más la atención, a tal punto que comenzando a investigar sobre el mismo, se encontró que se trataba por el entonces ya conocido cacao fino de aroma y que en su gran mayoría era originario del Ecuador. Y de este país, en gran parte manabita, de la región de Chone. 

Fue tanto el interés emocional despertado en el señor Uscocovich, que pronto tomó una decisión, cual fue la de, dejando su profesión marinera, hacer el largo recorrido marítimo a través de los océanos Atlántico y Pacífico, llegar al Ecuador y recabando la información local necesaria, avanzar por los rudimentarios caminos de entonces y radicarse en Chone, en donde adquirió una propiedad agrícola y se dedicó al cultivo del cacao, el producto básico del chocolate, que en definitiva cambió la vida de don Gregorio, quien al poco tiempo trajo a sus dos hermanos Miguel y Santiago, regresando pocos años después a su tierra, contrayendo matrimonio con la novia que había dejado allá y viajando nuevamente a Chone. Entusiasmó también a primos y parientes cercanos de él y de su esposa, los que vinieron a América, radicándose unos en Argentina, otros en Chile, Perú y Colombia y en su gran mayoría en Guayas y Manabí.

Es así como la familia Uscocovich se diseminó por acá, a tal punto de llegar a constituir un valioso aporte a la sociedad Ecuatoriana, como es el caso por ejemplo de don Marcos Uscocovich Beuta, de Blas Uscocovich Liuvisich, del doctor Nicolás Cassis Uscocovich, los doctores Nicolás y Roberto Cassis Martínez, el Doctor Héctor Uscocovich Balda, el doctor Eduardo Peña Hurtado, el señor Gustavo Uscocovich Dueñas. 

Y para conmemorar esos 132 años del arribo de don Gregorio, los descendientes de la familia Uscocovich se reunieron en Guayaquil el sábado 30 de agosto último y en un acto emotivo y simbólico, con asistencia de más de 200 personas, destacaron ésta acción unificadora de un apellido que ya es parte de la sociedad ecuatoriana.