Actualizado hace: 931 días 23 horas 23 minutos
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El titular de esta nota lo he tomado “prestado” de un editorial referido al calamitoso estado de salud en que se encuentra el hospital Rodríguez Zambrano de Manta. Espero que este “abuso” no sea motivo de que se me abra un expediente por “plagio”, como se lo hizo contra una exministra de educación acusada de haber copiado la tesis doctoral de una colega. O de un vice que utilizó referencias del “rincón del vago” para fines similares.
Debo empezar diciendo que los problemas que aquejan al nosocomio manteño, no son ni nuevos ni únicos en Ecuador, al contrario de otros países, donde se considera a la salud, el primer derecho del ser humano.
En Cuba, por ejemplo: no hay comida suficiente, el transporte es pésimo, las libertades individuales son limitadas, el pataleo no existe, la salida de los cubanos al exterior es restringida, pero (el infaltable), la salud goza de una bien ganada fama: ¡Nadie puede negar que, en esta materia, la Isla Caribeña ocupa el primer lugar en los estándares internacionales!
En contraste, en Banana Republic parecería que el tema salud es la última rueda del coche, mal que se viene arrastrando desde hace fu. Revisando archivos encontré que el año 2001 un grupo de 71 médicos del Hospital Militar de Quito, colocaron en sus mandiles blancos una escarapela negra en señal de descontento por las precarias condiciones en que ejercían sus actividades.
Faltaba medicinas, material quirúrgico y un largo etcétera. También protestaban por los horarios extendidos (sin reconocer sobretiempos), trato despótico de la superioridad militar y las remuneraciones que no habían sido igualadas con los salarios de los médicos de los hospitales civiles.
Según percibimos, de esas fechas a las actuales, la situación sigue siendo, lamentablemente igual… ¿o peor? Tal el caso del hospital de Manta, donde los médicos han denunciado falta de medicamentos, equipos médicos dañados, calderos para esterilización inutilizables, salas de cirugía con los focos quemados, deficiencia de aparatos anestesiólogos, bisturís sin filo, amén de malos tratos de la superioridad administrativa.
Las respuestas a las quejas han sido el despido de algunos médicos, renuncias forzadas y denuncias por reales o supuestas sustracciones de medicinas detectadas por guardias de seguridad.
Pregunto: ¿No será acaso que la principal causa de la crisis es que cada tres o cuatros meses el Rodríguez Zambrano cambia de directivos, ah? Sí, porque en tan corto tiempo, no es posible, ni a Superman, empaparse de los problemas. Y que, cuando ya los conoce, lo cambian y llega el siguiente con un “borra y va de nuevo”.
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