Actualizado hace: 936 días 19 horas 53 minutos
Mauro Molina
Lloremos juntos, don Solón. .

¿Por qué no? Perseguimos una buena causa. Y nos descargamos mutuamente de las perfidias, no femeninas, sino del vivir. Ud. llora con sabor a río perdido y yo requebrando por un aeropuerto, perdido en lontananza para jamás (por lo menos hasta que el socialismo del siglo XXI deje el poder) regresar. En su artículo El río Portoviejo Llora, Solón Pinoargote Sánchez expresa “Es una pena, transitar por el cauce del río Portoviejo. . .” En él, muestra su desesperación de ver el lecho de un río que durante los años 50 fue un caudal constante. Que en los inviernos desbordábase inclemente. Llegaba a las pistas del venerable Recreo como “daña baile” de aquellos que como yo y miles de portovejenses movían el esqueleto a los sones de Blacio Jr, de la San Luis Blue de Manta. Y de los Jokers. De ese río que traía balsas con productos agrícolas y a las riberas del San José eran ofrecidas al paisano que llegaba a comprarlos. Ah, días aquellos cuando sus aguas recibían el beso casto de los sauces llorones.

Jueves 28 Agosto 2014 | 04:00

Pero tenía que llegar el toque inmisericorde del progreso. Y nace el CRM bautizado y apadrinado por los Navas, Morales, Loor, Cevallos y hasta mi gran amigo de infancia Freddy Fernández. Todos empiezan a rasgar la tierra y a construir la represa de Poza Honda. Y con ello, nuestro río, detiene su correr y por su cauce solamente florecen  abrojos. No se hace ningún estudio serio de las consecuencias al llegarse a detener su recorrido. Peor, no hubo plan de estructura posterior. Lo que importaba era traer agua a Portoviejo y Manta. Hoy, clamamos por los funestos resultados. Era importante conseguir agua para beber. Y eso se hizo. ¿Pero, se pensó en lagunas de oxidación, en cómo las aguas negras serían llevadas, sin que afectara al normal desenvolvimiento de las comunidades por donde el flujo había pasado? Por los lloriqueos del bendito señor Pinoargote, veo que no. Pero él culpa a las comunidades adyacentes. Si bien es cierto los habitantes tienen parte de culpa, los culpables mayores son  aquellos que no pusieron alcantarillas en su lugar y a su debido tiempo.
¿Qué vamo haciamo? dijo el chinito García. Hacer lo que se está haciendo: emprender en las obras de infraestructura. Los pueblos necesitan del “líquido perlado” como lo llamaba don Danielito Villacreces. Pero también necesitan solucionar los problemas humanos. Es por esto que necesitamos llevar la voz científicamente autorizada  a posiciones administrativas que busquen solucionar  esos problemas. En otras circunstancias, Portoviejo tendría el lujo de ser como San Antonio o como Austin, en Texas, con un paseo del río por medio de la ciudad, que a la vez engalanen la urbe sin que problemas de mayor índole las aquejen, como está pasando en la real Villa de San Gregorio.
 
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