Y han sido 100 días de planificación y preparación, aunque hemos visto que ya se han puesto en marcha y dado continuidad a muchos temas que habían quedado pendientes por el proceso eleccionario, retomándolos con fuerza y decisión porque Manabí es grande y profunda. Bien porque no hemos visto inercia en ningún frente de trabajo; bien porque ya se han dado incluso luz verde a créditos para ese desarrollo que la provincia requiere, bien porque el barco de Mariano no se ha sumergido en quejumbres y soñolencias estáticas como ya es costumbre en la politiquería de aquellos que en campaña dijeron haber estado conectados y tener el timón listo para navegar; y cuando se hacen cargo del navío les viene el mareo y lo dejan anclado, porque se olvidaron de lo que habían prometido, demostrando simplemente que sus argumentos eran pobres y sus conocimientos nulos. De estos los hay algunos todavía en Manabí, que justifican su total inacción en éstos 100 días a errores y culpas del antecesor y se olvidan que cuando decidieron correr tras el puesto público juraron,  mediante un plan de trabajo, conocer alternativas y soluciones a los males de su rival. 

Por ello aplaudamos la reelección cuando hay una continuidad alentada por hombres serios y trabajadores que le dan su tiempo a la colectividad; bien por los que tienen la voluntad de cambio; bien por los que no se lamentan y se reinventan día a día para avanzar hacia ese buen vivir tan esperado; bien porque ya en Manabí tenemos gente capaz que si se atreve al desafío que el futuro demanda;  bien porque ya se oyen voces alentadoras de cambios en colectividades donde por años la desesperanza fue su patrimonio; bien porque Manabí tiene un Mariano que no descansará por darle junto a esa pleyade de gente capaz y bien intencionada que lo acompaña en el gobierno provincial.