Salvemos a Portoviejo de la arremetida cercenadora de sus enemigos propios y ocultos, que quieren desmantelar su institucionalidad política y jurídica, para debilitarla y ser presa fácil para hacerla perder su condición digna y noble de capital política, histórica y administrativa de la provincia de Manabí.
Es un plan maquiavélico, que si se cumple sería una crimen imperdonable y de irrespeto a esta gran urbe, al desdeñar su brillante historia de lucha y sacrificio de esta ciudad de los arrabales lindos; ciudad pujante, culta, universitaria. Aceptar tu derrota, nunca podremos. Por eso, con toda razón exhorto a los portovejenses de cepa, que aman a esta ciudad, a sumarse a la gran cruzada de defensa de los intereses y de la supervivencia de Portoviejo, que en estos días prestantes ciudadanos están aunando criterios u opiniones en sendas reuniones o asambleas cívicas para preparar estrategias de defensa ante tal depredación política de esta querida ciudad manabita, de sus detractores y beneficiarios particulares, que no ven a Portoviejo como la capital de una provincia respetable, sino como el capital que necesitan para llenar sus arcas personales, a través de proyectos suntuarios para negocios redondos, que más que beneficiar a la ciudad van a favorecer sus empresas privadas.
Portoviejo a través del tiempo ha demostrado ser un pueblo con dignidad, que siempre sus hijos lucharon para darle el sitial que se merece y que jamás se debe perder; así se han logrado la creación de algunas instituciones emblemáticas, que han dado lustre y resplandor a su historia y que actualmente estamos perdiendo poco a poco este patrimonio institucional. Y si todos los portovejenses nos paramos estoicamente, no vamos a permitir que se irrespete a esta gran capital y ciudad siempre amada.
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