Un niño ecuatoriano pasó los últimos dos años de su vida realizando trabajos forzados en Chile, país al que llegó con la promesa de que ganaría dinero para ayudar a sus padres (ambos sordomudos).
Según informó diario El Telégrafo, el menor, de 15 años, fue esclavizado por una pareja de ciudadanos ecuatorianos, quienes lo ingresaron a Chile en calidad de turista y con el permiso correspondiente de sus padres.
Como parte de su trabajo, el menor debía cumplir todas las tareas del hogar. Además, debía salir a vender ropa y artesanías de Ecuador en diversas ferias callejeras en las afueras de Santiago.
Cuando el niño comenzó a exigir algo de dinero, los adultos lo amenazaron, por lo que le requisaron su documento de identidad.
Según el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), el niño era sometido a largas jornadas laborales, los 7 días de la semana, sin descanso. No recibía la alimentación que requería y dormía en un garaje.