Pero como todo va evolucionado, Portoviejo no se puede quedar estancado en el subdesarrollo de su ciudad. No quiero que el aeropuerto y el Fuerte Militar salgan de Portoviejo porque eso nos da jerarquía como ciudad capital y sobre todo las instituciones públicas que deben estar en Portoviejo; no porque soy centralista, sino que hay que respetar la jerarquía y los rangos que uno se gana como ciudad. Definitivamente Portoviejo debe despegar como ciudad capital y es por eso que debemos apoyar a nuestras autoridades provinciales y, principalmente, a nuestro alcalde, Ing. Agustín Casanova.
Pienso que necesitamos reubicar nuestras obras del pasado como son el aeropuerto y el Fuerte Militar porque ya cumplieron con su ciclo donde están ubicados; Portoviejo ya no es de 4 calles o de 50.000 habitantes, inclusive algunas autoridades que han pasado sin pena ni gloria; Portoviejo ya creció y se jerarquizó como capital manabita. Portoviejo es una ciudad de 350.000 habitantes y todo mucho más extenso, hablamos de calles y de sectores o barrios populares.
Cuando hablo de reubicación, entiéndase bien que no hablo de que se vayan nuestras instituciones de Portoviejo, por lo contrario quiero que se queden por el jerarquismo que representan las mismas, no por los comentarios malintencionados al momento de escribir este documento o malos pensamientos de algunos. Reubicación no es más que el cambio de un lugar a otro o de un sector a otro, pero en Portoviejo mismo; por ejemplo: el aeropuerto, por qué no estar ubicado en una zona estratégica donde van a converger algunos cantones importantes como: Jipijapa, Paján, Puerto López, 24 de Mayo, Santa Ana, Olmedo, Portoviejo, Rocafuerte y Tosagua. Es una zona hasta el momento improductiva, como es la Colón Quimís, donde existen extensiones de tierras que servirá para construir un aeropuerto alterno para Manabí. Y así se liberaría en el centro de la ciudad cerca de 44 hectáreas que servirán para el desarrollo de Portoviejo.
Otro sería el caso del Fuerte Militar, que debería quedar en el mismo lugar, pero solo la parte administrativa, ocupando una o dos hectáreas para sus oficinas y quedando así el nombre o reseña histórica del Fuerte Militar, liberando a más de 38 hectáreas.