Es verdad que, además de ser una obligación por estar dispuesto en la respectiva ley, los ciudadanos deberían prestar más colaboración denunciando la irregularidad, aunque también no deja de ser realidad que no son muy prácticas las maneras para hacerlo, especialmente por internet.

Sin embargo, al retomar estas actividades de vigilancia, la autoridad policial debería mantenerlo para evitar que el infractor lo tome como simple entusiasmo oficial que pronto desaparecerá, dando paso a un juego de aguante del que el perjudicado, a más del ciudadano es el principio de autoridad.

Por tal razón, la imposición de las sanciones tienen que servir para el escarmiento de quienes cometieron la falta, que las sientan, a objeto que piensen dos veces antes de intentar en quebrantar nuevamente las leyes y reglamentos de tránsito. 

Se dice que el objetivo de la resistencia de los taxistas es lograr aumentar el valor de la carrera mínima, pero no a través del abuso contra el más débil.