Gutiérrez asegura que una persona debe conocer sus puntos fuertes y débiles. “Deben escoger una profesión de acuerdo a la actitud (la predisposición) y aptitud (habilidad física e intelectual para realizar una actividad)”. 

Justina Mieles, orientadora  vocacional de la unidad educativa Olmedo en Portoviejo, dice que  los estudiantes deben escoger su profesión de acuerdo al proyecto de vida que se han establecido.  “En el colegio, a los alumnos de segundo año de bachillerato se les aplica un test, y de acuerdo al resultado se los guía”.  

HISTORIA. Cecilia Miranda tiene 32 años y es ingeniera en sistemas. Ella explica que escogió su carrera porque cuando estaba en el colegio asistió a una charla donde le expusieron sobre las ventajas y desventajas de la profesión que tiene. “Influenciada por la charla y guiada por mis padres me animé a estudiar ingeniería en sistemas”, dice, aunque reconoce que no fue lo que ella esperaba. También comenta que, desde niña soñó ser médico, “tal vez debí guiarme por lo que me agradaba”, sostiene esta profesional. 

Karla Daza aún no empieza sus estudios universitarios, pero asegura que desde niña escogió ser médico. Ella tiene 18 años y en octubre empezará el curso de nivelación para estudiar Medicina en la Universidad Técnica de Manabí. 

Daza dice que su padre es médico, y otros familiares también lo son, pero que eso no ha influído en su decisión. “Siempre todo lo referente a la medicina me ha llamado la atención”.  

ELEGIR. Saúl Alvarado, trabajador social del departamento de bienestar estudiantil de  la Universidad San Gregorio de Portoviejo, explica que no sólo se debe analizar la carrera que se quiere estudiar, sino también de la institución. Alvarado comenta que los estudiantes deben revisar el pénsum, es decir el plan de estudios  de la carrera profesional que se desea escoger. “Esto  permitirá hacer una relación entre las fortalezas académicas y las materias del programa académico, también podrá identificar en qué competencias y habilidades saldrá con mejores posibilidades económicas y laborales”.  

Mieles también argumenta que las personas deben imaginarse ejerciendo la profesión y analizar si la actividad va acorde con sus intereses y condiciones personales. 

Gutiérrez asegura que para escoger una profesión la persona no debe dejarse llevar por las presiones familiares o los consejos de otras personas, sino que tiene que “recapitular” o sintetizar cuál es el interés del proyecto de vida que tiene en mente.