Actualizado hace: 935 días 8 horas 36 minutos
Childerico Cevallos Caicedo
Don Agustín (2)

Buen día, don Agustín.

Domingo 17 Agosto 2014 | 04:00

Quizá vuelva a incomodarlo con estas letras. Pero son para, una vez más, expresar mi sorpresa e inconformidad por acciones y expresiones vuestras que, de alguna manera, laceran a quienes sí queremos con acendrado amor a esta Villa de San Gregorio de Portoviejo, como cierta e históricamente fuera denominada por quienes la vida les diera la oportunidad de fundarla y encausarla inicialmente.
Me permito, previamente, con todo respeto, recordarle que su función y representación como principal del equipo administrador del cantón -no dueño como algunitos suelen decir-, deben estar dirigidas a la integración ciudadana, base indispensable para la buena gobernabilidad de la que, con derecho, pretende hacer distintivo de su período municipal.
Porque sin aquello su intención se le puede tornar terreno cuesta arriba, mucho más cuando expresiones y acciones se contraponen a la obligación de conducir con serenidad, prudencia y respeto.
Recordemos que las posiciones en la cancha política son tan movibles como en una de fútbol, donde les es necesario, a quienes fungen como jugadores, hacer valer sus puestos con técnica y solvencia, mostrando la eficiencia requerida para tener el derecho a conservarlo. Mucho más quienes son bisoños en tan minado campo y proclives a confundirse rápidamente, perdiendo el rumbo lógico de su misión.
Y uno de los errores comunes es la ligereza en las expresiones, cuando, creyéndose estar en la cima, la mirada se queda arriba y se va perdiendo contacto con la realidad, que a menudo a todos nos está demandando vivirla; a no alejarse de ella, a conservar su tradiciones, costumbres y vivencias que le dan protección y estabilidad a la personalidad de los pueblos. 
¿Imagínese qué sería de una población arrasada de su historia, de sus recuerdos y de su orgullo natal? Y para eso hay que hacer más que asistir los sábados a los barrios o publicitarse en programas de radio o TV.
Aquello lo puede certificar un gran amigo suyo - supuestamente otro de sus duros asesores -, amplio practicante de esta modalidad, pero que de nada le valió para la reelección espirada.
Es que gobernar con eficiencia a un pueblo es proteger sus bienes, sus recursos, su pasado; no atentar contra sus símbolos so pretexto de modernismo, alejarse de posturas intransigentes fácilmente confundible con la soberbia.
Por eso, aquello de que “ vivir del recuerdo no le hace bien a Portoviejo”, como Ud. se pronunciara muy ligeramente, no le hace bien porque minimiza la gran pérdida en seguridad, prestancia y otros efectos colaterales negativos que significa la desaparición de Portoviejo de una de las bases militares más importantes del país. Para un funcionario obligado a defender los recursos de su cantón, ya parecería un craso error. ¿Que estará pensando don Eloy Alfaro de sus palabras, especialmente cuando se piensa 
subirlo a un caballo para honrar su histórica memoria?
Buen domingo, don Agustín.
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