Mero explica que existen múltiples razones para tener sexo, pero tratar de solucionar así los problemas no es conveniente. “Las parejas en muchos casos tratan de atribuirle ciertos poderes al sexo, que no tiene. La reconciliación en esas circunstancias durará muy poco”, dice.

“Hacer el amor para reconciliarse”, sin haber “analizado y discutido” racionalmente los problemas, genería una ilusión pasajera al presumir que “lo malo ya pasó”, sin evaluar objetivamente las razones del conflicto, sostiene Mero. 

Esta psicóloga dice que lo último que se debe hacer es convertir el acto sexual en un recurso “anti-peleas”.  

Mero sostiene que ante una pelea, la pareja debe recurrir al diálogo. 

“Mariela” (nombre protegido) tiene 49 años y manifiesta que su matrimonio estuvo a punto de terminar hace unos cinco años. Ella recuerda que los problemas con su marido empezarón desde que su único hijo se casó. “Mi marido se iba al trabajo y llegaba muy tarde en la noche, poco a poco nos dejamos de hablar y cuando manteníamos relaciones sexuales sentía que era por obligación”, dice.

Refiere que ellos acudieron a terapias de pareja, porque no sólo la convivencia en el hogar era insostenible, sino también cuando tenían relaciones sexuales. “La especialista que atendió mi caso nos recomendó que para mejorar nuestra relación debíamos mantener una buena comunicación y experimentar cosas nuevas respecto al sexo,  tratamos de seguir los consejos, él me llamaba, o cada vez que él tenía tiempo salíamos a almorzar y hasta nos fuimos de vacaciones”.

“Mariela” dice que la convivencia después de eso mejoró mucho, auque a veces tiene ciertas diferencias con su esposo. 

Mero dice que ella conoce muchos casos de parejas que se han tenido que separar porque quieren arreglar todo manteniendo relaciones sexuales.

“Las diferencias de pareja no se pueden arreglar ni con regalos, ni manteniendo relaciones sexuales, sólo son un mecanismo”, dice Mero. 

 

 consejos. Uno de los consejos que da Graciela Palma, terapeuta matrimonial, es dejar de lado el orgullo cuando en una pareja hay problemas.  “No habrá pelea si uno de los dos no quiere, y aceptar eso es asumir parte de la responsabilidad de la convivencia en pareja”, dice Palma. 

Pedir perdón y saber perdonar es otra manera de propiciar un acercamiento. El temor a iniciar de nuevo la discusión o al rechazo no debe impedir el intento. Es mejor saber que se ha hecho todo lo posible para solucionarlo, sostiene la terapeuta. 

Dialogar es muestra de afecto y consideración. Igualdad, sinceridad y respeto son los elementos que hay que trabajar en pareja para dar solución a los problemas. Aprender a escuchar es otro de los consejos de Mero. Respetar el turno para hablar lleva a una discusión ordenada y comprender que es realmente lo que quiere el otro, sostiene Mero. 

Las parejas también deben reconocer los méritos, no sólo hay que hablar de sus aspectos negativos. Cada uno también debe aceptar sus errores. “Prestar atención a las críticas de la pareja, y si están bien fundamentadas, no se debe tener temor a aceptarlas, es un paso seguro a la reconciliación. Estos conflictos pueden hacer que la pareja se acerque aún más, fortaleciendola relación, dice.

A veces la manera como la pareja busca solucionar el problema puede hacer que el mismo se solucione o que aumente, argumenta Palma.