Luego de eso la concesión manabita se truncó y sólo un tramo, el Portoviejo - Montecristi, quedó en manos del Gobierno Provincial, las demás vías quedaron sin peaje.

Pasados casi ocho años de gobierno se observa cómo una tan importante vía, como lo es la Santo Domingo - Esmeraldas acaba de ser concesionada a la empresa privada. Seguramente el cambio de política del gobierno obedece a las fuertes y conocidas limitaciones fiscales de la actualidad y al reconocimiento de que la concesión privada sí funciona.

Concesionar las vías es una buena solución. Siempre lo fue. Conviene que las autoridades vuelvan a analizar el tema para definir si ha llegado el momento de entregar las vías, que hoy están en excelente estado, para que la empresa privada las mantenga así y de ser el caso las mejoren y amplíen. No hay que esperar a que se deterioren por la falta de mantenimiento.