En presencia de ambos mandatarios, se firmó un acuerdo para la concesión de un préstamo de 500 millones de dólares del banco Mizuho a la estatal Petrobras, y otro crédito 200 millones de dólares, con el que un grupo de empresas japonesas financiará proyectos agrícolas en las áreas de soja y maíz.
El préstamo otorgado a Petrobras financiará la construcción de ocho plataformas que operarán en el llamado presal, un reservorio de petróleo y gas situado en aguas profundas del litoral de Río de Janeiro, que guarda enormes reservas y en el que Brasil apuesta para convertirse en exportador de crudos en un mediano plazo.
En el marco de la visita de Abe también se firmaron acuerdos bilaterales dirigidos a fortalecer la cooperación en el área de la industria naval, que Brasil ha comenzado a recuperar en los últimos años.
Según esos acuerdos, Japón ofrecerá cooperación técnica a Brasil en la construcción de tres nuevos puertos y astilleros y también en la formación de ingenieros navales brasileños, mediante intercambios entre universidades de ambos países.
En un pronunciamiento junto a Rousseff, Abe declaró que ambos acuerdos reflejan la voluntad de Japón de establecer una cooperación mayor con Brasil en "todas las áreas", incluida la financiera, y destacó el interés de las compañías niponas por invertir en el país.
"Brasil presenta grandes oportunidades de inversión en petróleo, gas y energía en general", declaró el primer ministro nipón, quien aseguró que "todas las empresas japonesas miran hacia Brasil".