“Checonato”, como lo conocen sus amigos del fútbol y de su barrio, dice que tras su paso por la escuela municipal formó parte de la Tito Rubén y las categorías formativas de Liga de Portoviejo. En marzo del 2013 viajó a Sangolquí a probrarse en Independiente del Valle, club en el que estuvo un año. En marzo de este año regresó a Portoviejo y desde ahí entrena en la categoría sub 16.

“El maestro José Quiroz me ayudó a sacar la cédula para que yo pudiera jugar.  Miguel Parrales me ha ayudado en muchas cosas, una de ellas es obsequiarme unos pares de zapatos para que jugara”,dice el jugador, que vive en El Florón con su abuela Digna Isidra Vélez, a quien considera como su madre.

 “Creo que el fútbol ha sido un factor importante, me he propuesto ser la base de mi familia y gracias a Dios lo estoy logrando”, dice.

Ascenso. Su ascenso al equipo de primera se dio en una práctica. “Lo observé al chico y me gustaron las condiciones de juego que tiene”, señala el técnico Fabián Bustos, quien este año ha hecho debutar a varios juveniles.

Kléver Vélez ha sido pasabolas en el estadio y recuerda que su sueño es jugar en el equipo de primera de Liga. “Sí, me dije algún día estaría aquí jugando en el Reales Tamarindos y creo que las cosas van bien encaminadas, ahora me tocará seguir trabajando para ganarme la confianza y poder debutar”, dice con optimismo “Checonato”.