El organismo advierte que si no se hace nada para remediarlo, los tigres podrían extinguirse, algo que ocurrirá no por causas naturales sino por la depredación y la falta de conservación.
Estos felinos gigantes son muy valorados porque varias partes de sus cuerpos se usan para producir medicamentos prescritos en la medicina popular asiática.
De hecho, en los últimos 14 años, según los registros, se confiscaron 1.590 tigres asesinados, cuyo destino era pasar a ser convertidos en medicamentos, denunció la organización.
WWF afirma disponer de datos sobre poblaciones de tigres en India, Nepal y Rusia, pero desconocer el número de ejemplares que aún viven en libertad en Birmania, Camboya, China, Indonesia, Laos, Malasia y Tailandia.
La organización de conservación urgió a dichos países a que contabilicen los tigres que viven en su territorio, a fin de poder protegerlos.
El Fondo Mundial quiere ayudar a los países en las labores de conservación y, de hecho, pretende doblar el número de tigres en libertad hasta el año 2022, pero para ello necesita la colaboración de los gobiernos, recordó.