Algunas voces valientes se han pronunciado en defensa de la integridad y respeto que se debe a Portoviejo, pero lamentablemente la reacción no ha logrado el respaldo de autoridades y de nuestros representantes, quienes temerosamente han manifestado diferentes visiones y oportunidades, ubicándose ellos en acera contraria y lamentablemente descalificando las opiniones de los que pensamos diferente.
Así las cosas, el proceso de desmantelamiento y desarticulación de Portoviejo se viene cumpliendo y no sería raro que en cualquier momento se anuncie el traslado de la capitalidad provincial o la propuesta de la sede de la futura Región 4 en otra ciudad diferente a Portoviejo, todo ello bajo la mirada cómplice de los llamados a defender a cualquier precio nuestra integridad.
De ellos no nos preocupemos por ahora ya que los juzgaremos en su momento, mientras tanto, iniciemos un plan de concienciación en nuestra comunidad sobre el inminente peligro que nos aqueja.
Analicemos en foros, encuentros, talleres, conferencias y conversatorios todos los hechos acontecidos y los posibles. Propongamos a la Academia local participación en la problemática. Exijamos que los concejales del cantón concurran a los establecimientos educativos a conversar con los jóvenes sobre la ciudad y su relevancia política, social y económica. Elevemos el pensamiento del portovejense y se acrecente su orgullo de ser hijo de esta ciudad de estirpe e historia, leal defensora de Manabí y de sus hermanos cantonales. Entonces recomiendo el nacimiento de un movimiento cívico de Portoviejo que con inteligencia, serenidad y amor por la ciudad analice y proponga acciones en defensa de sus intereses.
No importa quién o quiénes lideren el movimiento cívico ciudadano de los portovejenses, lo cierto es que debe constituirse ya, sin banderas políticas o intereses personales, solo por Portoviejo y su futuro. Le debemos mucho a esta tierra y no debemos ser indiferentes.
Una última reflexión: “Se podrán llevar todo lo que por celos, odios gratuitos y morbo enfermizo contra de Portoviejo puedan lograr, que lo que nunca se podrán llevar de aquí es la nobleza de la ciudad, su hidalguía, el pensamiento, talento y simpatía de su gente, la belleza natural de nuestras mujeres, el intelecto, la poesía, el verso y la sinfonía de los cantores”.