La falta de agua en el barrio Manabí Libre hizo que los habitantes impidan que los tanqueros utilicen el pozo profundo existente en el lugar para abastecerse.
Raúl Cevallos, propietario de uno de los tanqueros, indicó que desde hace 8 años el municipio les permitió aprovechar el líquido del pozo por un valor de 15 dólares para abastecer a los edificios de la parte alta de la ciudad y otros sectores que carecen del servicio vital.
En los dos últimos años bajó el caudal de la vertiente, motivando constantes reclamos de los habitantes del barrio.
Migdalia Gómez y la veintena de moradores que el jueves impidieron el ingreso de los tanqueros, coincidieron en señalar que últimamente ni los fines de semana tienen agua y son pocas las casas a las que les llega durante las noches, a tal punto que varios habitantes se han visto obligados realizar pozos.
Efrén Villamil, encargado de controlar el funcionamiento de la bomba que succiona el agua desde el subsuelo, confirmó que últimamente ha bajado el caudal, lo que ha obligado a las autoridades municipales a perforar otro pozo cerca del lugar, que entraría en funcionamiento en los próximos días.