Lidia Macías, oriunda del cantón 24 de Mayo, es una de las personas que constantemente visitan esta casa de salud. Desde hace un año a su hijo le detectaron fibro sarcoma (tumor maligno) del que se está recuperando.

Esta progenitora señala que a su hijo de 6 años de edad le amputaron dos dedos de su mano derecha para evitar que la enfermedad siga afectando su extremidad. “Cómo es un niño, aún está tranquilo, aunque él me pregunta si iba a quedar como un pirata”, señaló.

Otro caso es el de Lilian M. Ella tiene un cáncer hepático en etapa avanzada. Su esposo Icler M. contó que aunque fue hace un año que su esposa presentó los síntomas de la enfermedad recién hace tres meses cuando llegó a Solca le dieron el diagnóstico. 

“Nosotros vivimos en Atacames y desde allá viajamos hasta Manabí. Estoy sin trabajo y no tenemos recursos para esta enfermedad. No sé que hacer, mi esposa está en el albergue y ni siquiera tengo para comprar esta receta de quinientos dólares” dijo.

Verónica Mendoza, trabajadora social de Solca, explicó que más del 80 por ciento de pacientes, que llegan a este hospital - 700 por día- pasan por esta área. Allí se los orienta para que puedan hacer convenios con el Ministerio de Salud Pública y el Instituto Ecuatoriano de Seguridad y puedan ser transferidos acá, indicó la funcionaria.