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CRÓNICA DEL DÍA: Ella es él

Desde que Liam Cutler era una niña, ya sabía que no quería serlo. Ella se sentía como un niño.

Miércoles 23 Julio 2014 | 08:45

Tenía un hermano mayor al que siempre imitaba en sus gestos, su forma de vestir y de hablar. Es más, hasta se identificaba como él.
A la pequeña no le gustaban las faldas, sino los pantalones y camisetas; por eso vestía así. Sus padres nunca le dijeron nada, dice Liam en inglés, y su traductora Kruskaya lo transmite en español.
Hasta la edad de 10 años, la niña que vio nacer a Liam hizo lo que quiso: actuaba como un niño, igual que su hermano, y en casa no le decían nada. Cree que en el fondo sus padres sabían que ella era más niño que niña.
Al ingresar a la secundaria todo cambió. Ella no pudo seguir manifestando su inclinación, porque sus compañeros notaban que algo andaba mal y que no debía usar ropa de hombre, sino de mujer. 
Y así fue aquella joven, obligada por una sociedad que no entendía lo que le sucedía, empezó a usar faldas y a relacionarse con chicas.
Pero fue muy difícil, tanto como querer tapar el sol con un dedo, porque Liam no sólo se sentía como un chico, sino que quería verse así.
Esta etapa, dice, fue la más dura, porque aparte de dejar de vestirse como un chico y confundirse más, sus padres, cada uno en un momento distinto, fallecieron por enfermedades naturales. 
Pero lo superó. Luego llegó una etapa en la que no sabía qué era ni qué quería, no se identificaba como lesbiana ni como transexual, mucho menos con los transmasculinos. Estaba muy confundida y todo había jugado en su contra. No recuerda cómo sucedió, pero llegó un momento en que decidió ser honesta con ella mismo. Se descubrió realmente cómo era y ahora su nombre es Liam, un transmasculino (es una persona que nace con genitales femeninos, pero que se identifica con el género masculino). 
Empezó un proceso de hormonización con testosterona para que su cuerpo, su voz y su exterior fuera cambiando de a poco, y así sucedió. 
Su voz se hizo más gruesa, su menstruación se paralizó, en su cuerpo comenzaron a salir más vellos, y su apariencia se fue transformando en la de un chico.
En febrero de este año Liam se realizó una operación para extirparse los senos; el proceso de recuperación fue rápido y ahora luce con pectorales. También tiene el cabello corto.
A sus 22 años, Liam afirma sentirse tranquilo y muy seguro, sobre todo porque su hermano y la familia que le queda lo apoyan en todo lo que emprende.
A pesar de que luce completamente como un hombre, Liam aún tiene genitales femeninos. ¿Piensa hacerse una operación de reasignación de sexo? Aún no lo sabe, dice. 
Cree que no es necesario operarse para ser un transmasculino, porque lo que verdaderamente importa es cómo él se siente, y desde su infancia se siente como un hombre.
En su pasaporte Liam aún está registrado con su nombre de mujer, el cual prefiere no mencionar. 
Él es Liam y quiere que la gente lo reconozca así, como un transmasculino que quiere dejar atrás los conceptos errados de que entre un hombre y una mujer sólo puede haber gays y lesbianas, según manifiesta.
“Hay otras identidades de género que aún la sociedad no reconoce y que en algunas sociedades no son aceptadas, como la transmasculinidad”, señala Liam.
El joven, que mide 1.72 metros y que nació en el estado de Giorgia, es estudiante de Ciencias Políticas y fue invitado por Elizabeth Vásquez, del proyecto Transgénero de Ecuador, para que brinde varias charlas sobre la transmasculinidad en el país. 
La semana pasada estuvo en Manta, Manabí.
Liam también ha visitado países como Francia y Tailandia. 
A las personas que aún no saben cómo se identifican y que por temor no han “salido del clóset”, Él aconseja ser honestas con ellas mismas y no negarse la oportunidad de ser quienes realmente quieren ser. Es necesario verse como uno se siente, señala. 
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