Son las palabras de Juan Pinargote, un amante de la gastronomía manabita.
Él cuenta que a la hora de almorzar busca lo sano, es decir, una comida sin condimentos.
Para esto, va hacia “La chozita”, un restaurante ubicado al final del puente Chile.
Su dueña, Hermelinda Solórzano, comenta que desde hace 16 años vende comida hecha a base de leña.
Su especialidad son los caldos y secos de gallina.
Otra de las personas que continúa con esta tradición es José Montes Álava, quien tiene su lugar de trabajo en la vía a Crucita a la altura de Sosote. Él dice que los carros no paran a comprar la morcilla que prepara si no ven la leña encendida.
Uno de los motivos por lo que estos dos personajes cocinan con leña, es por el sabor.
“Se cocinan más los alimentos. Se saca hasta el último jugo a los ingredientes”, dice Solórzano.
Para esto, necesitan de hornos artesanales. Algunos son construidos en madera y otros con ladrillos.
Solórzano hizo su horno con cuatro hornillas para cocinar más de un plato.
Historia. Fernando Macías, periodista, explica que cocinar en hornos con leña es una costumbre que inició en el campo, pero luego, por la migración hacia la ciudad, se incorporó en la urbe. “Es una costumbre muy arraigada de los manabitas”, dice.
Agrega que cocinar en leña hace que las comidas tengan un sabor único y exquisito.