María (nombre protegido) es docente de este programa coordinado por el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) distrito Manta. Ella cuenta que su espacio asignado para impartir estimulación temprana a 30 niños de 0 a 3 años de edad es muy reducido.

El área es una sede barrial donde el calor y el robo de los bienes del comité agudizan la enseñanza, indica María. “En ocasiones también se nos han perdido materiales de los niños, pero no podemos reclamar porque estamos en un lugar que no es nuestro”, relata Sandra (nombre protegido), educadora de la parroquia Eloy Alfaro. Este hecho (robo) es confirmado por Nelly Moreira, madre de familia de la ciudadela Urbirríos 1. “Cuando mi hijo estaba en este programa nos robaron sillas y otros implementos que a los padres nos costó adquirir”, dice Moreira.