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Santo Domingo de los Tsáchilas
CRÓNICA DEL DÍA: Una aventura llamada Brasil

Durante un mes y una semana una furgoneta se convirtió en la “casa” de la familia Morales Oñate.

Martes 15 Julio 2014 | 13:36

Ellos viajaron en su vehículo Hyundai H1 2013, a Brasil, a respaldar a la Selección de Ecuador en el Mundial.

Fueron aproximadamente 21 mil kilómetros de recorrido desde su salida hacia Brasil hasta el retorno a Santo Domingo.
“Viajar con mi familia fue muy especial”, dice Galo Morales, padre.
A él le acompañaron su esposa Martha Oñate, su sobrino Wladimir Barba y sus hijos: Tommy, Johana, Steven y Nahomy Morales. También fue Taquito, la mascota (perro) de la familia.
Allí vivieron una fiesta deportiva y compartieron amenos momentos en los diferentes atractivos turísticos que tienen las ciudades de Brasilia, Curitiba y Río de Janeiro, lugares donde jugó la “Tri”.
Antes de salir del país ellos se unieron para orar.
Partieron el 5 de junio a las 22h00. Llevaron suficiente equipaje y combustible.
En ocho días de viaje y con un recorrido de 7.500 kilómetros llegaron al “país de la samba”, a cuatro días del debut de Ecuador con Suiza.
Estuvieron en los tres partidos: ante Suiza en Brasilia, con Honduras en Curitiba y versus Francia en Río de Janeiro.
“Nos fuimos sin entradas, allá pudimos conseguirlas a precios cómodos, aunque para el partido con Francia sí fue complicado, pues jugaba en el estadio Maracaná al que todos querían ir y no habían tickets. Al final las tuvimos en 500 dólares cada una”, cuenta Galo.
Ese día (20 de junio) pudieron ver el encuentro cómodos en la localidad VIP.
“Tuvimos que caminar, colocar letreros en la furgoneta en castellano, portugués y francés con el anuncio de ‘compramos entradas’, así se nos acercaron y pudimos obtenerlas”, relató el hombre.
La costumbre era llegar 30 minutos antes de los partidos. Recuerda que en cada uno de los estadios a los que ingresaron compartieron emociones con hinchas de Brasil, Suiza, Honduras, Francia, México, Venezuela y Colombia.
“Fue una completa hermandad”, destacó.
Lo que menos agradó a la familia fueron los altos costos en Brasil. 
“Brasil es más caro que Estados Unidos. El cambio de aceite que cuesta hasta cinco dólares en Ecuador, allá me valió 20, sólo la mano de obra”, recuerda Morales. 
Más allá de la “fiebre” mundialista que invadió a la familia, sus integrantes tuvieron que pasar sustos, complicaciones en fronteras, en fin anécdotas que jamás olvidarán.
En el trayecto de ida, cuando pasaban por Trujillo, Perú, se les explotó una llanta. Este inconveniente fue superado rápidamente.
La ruta seguía. Al llegar a Bolivia, a una hora de la frontera con Brasil, estuvieron a punto de sufrir un accidente. Frente a ellos un bus chocó con diez vacas que cruzaban la carretera.
Uno de los animales fue a dar debajo de la furgoneta, añade Tommy Morales.
El 26 de junio abandonaron Brasil. Iniciaba el regreso a casa.
Fue la oportunidad de hacer turismo. Después de visitar los atractativos brasileños, avanzaron a las cataratas de Iguazú, en la frontera de Argentina, Brasil y Paraguay.
En Buenos Aires conocieron el estadio de Boca Juniors y bailaron tango. 
Luego pasaron por Jujuy hasta llegar a la frontera de Chile.
Desde allí el regreso se convirtió en una odisea.
En la frontera no los dejaron pasar debido a la mascota. “Nos amenazaron que nos iban a multar con 300 dólares, nos incautaban y sacrificaban al perro”, 
Tuvimos que regresar 400 kilómetros hasta Jujuy para retirar un certificado veterinario y presentarlo al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
En el transcurso del viaje, mientras conducía, Morales se quedó dormido, pero logró percatarse a tiempo y alcanzó a maniobrar y evitar una tragedia. 
En el mismo trayecto, cuando ya era de noche, en el sector Paso de Jama que está a 5.500 metros de altura, cayó una nevada intensa que nubló el camino y debieron andar a 5 kilómetros por hora. “No se veía nada, era como conducir con los ojos cerrados”, contó Wladimir Barba. Este inconveniente lo vivieron unos 45 minutos.
Todo se calmó hasta que llegaron a Tacna y Máncora (Perú), donde descansaron dos días. 
Finalmente, a la 01h00 del sábado llegaron a Santo Domingo, con el recuerdo de lo que fue una aventura llamada Brasil.
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