Betsy Sánchez, madre de dos niños, Daniel (7) y Milena (13), cuenta que, en su caso, ella mostró desde temprana edad a su hija el verdadero sentido de la solidaridad entre hermanos.

“En verdad no es algo que ha sido fácil, ya que sobre todo hay que entender que los niños, son eso, niños, y que no deben tener una carga muy grande. Sin embargo, cuando de una forma oportuna estimulas a tu hijo mayor a que ejerza liderazgo en su hermano menor y por ende además le enseñas que debe ayudarlo a superarse intelectualmente, éste se siente importante y lo toma como un compromiso. Eso a mí me ha funcionado, y ha forjado la unión”, destaca.

Esta madre acota que en base a sus esfuerzos, además, ha entendido que esto debe ser premiado “no con grandezas”, ya que reconocer el compromiso los vuelve más responsables en su misión.

Por su parte Milena, su hija, asegura que para ella es un gusto poder ayudar a su hermano, “pues me siento útil”, explica.   

Consejos. Con referencia al tema, Marleny Arias, psicóloga educativa, amplía algunos aspectos para convertir a los hijos mayores en pilares fundamentales para el desarrollo de sus hermanos menores.

“Lo inicial es establecer un diálogo profundo en donde cada padre inspire el compromiso de sus hijos. Hay que entender que ese acercamiento fortalecerá la confianza y generará un gran estímulo en la relación entre padre e hijos y consecuentemente los hermanos”, destaca.

La ley del ejemplo es el siguiente paso a aplicar, señala.

Esta consiste en que los padres deben dar el primer ejemplo para ayudar a sus hijos en la tareas, a encontrar y fomentar sus talentos. 

Además, la educadora manabita Consuelo González recuerda que “encargar al hijo mayor la ayuda en las tareas de su hermano  no implica que él sólo debe llevar la carga. El padre también tiene que tener la responsabilidad de asesorarlo” y revisar la tarea en conjunto.