Él aplica el lema que la ciudad no es el problema sino la solución, con acciones que exigen celeridad y precisión, de forma que puedan ayudar a mejorar, curar, revitalizar, creando reacciones positivas en cadena en estas áreas afectadas.

Portoviejo es una ciudad con sueños, con ganas de iniciar un proceso de renovación; podría ser en el plazo de dos años, sin importar los ingentes presupuestos; pensando que de presupuestos bajos surgen las buenas iniciativas, y así realizar acciones eficaces de mejora en áreas específicas. 

En este sentido no hace falta inmensas intervenciones: La acción debe ser inmediata. Entre estos temas esenciales está el problema de la calle Chile, un punto de caos y desorganización, porque compromete espacios públicos, se emprenden negocios en la vía, se obstaculiza el tránsito en este sector. Hay que intervenir para ayudar a mejorar, a curar,  porque si es una calle donde compiten vecinos, peatones y vendedores; de ley habrá colapso. La solución es crear un espacio público exclusivo para los comerciantes. Se le devuelve la  acera al peatón si se termina este desorden colectivo. 

Con esta cobertura se puede aplicar estrategias a situaciones relacionadas como tránsito y transporte publico, utilizando menos el vehículo para reducir las emisiones, aplicando un sistema de desechos orgánicos y reciclables, dando importancia a la clasificación y recolección en cada hogar. También aumentar los espacios verdes en m2 / habitante,  embellecer jardines y plazas. 

Así, con la agrupación de estas actuaciones se crea un sistema de espacios que mejora la movilidad en estas zonas, poniendo en orden las cosas en varios puntos.

Y lo novedoso del proyecto es que puede ejecutarse con las autoridades municipales y la sociedad civil organizada; y contribuye a utilizar el recurso humano disponible. 

Finalmente, debe haber necesidad de establecer una unidad técnica municipal que se dedique exclusivamente a la reingeniería urbana y sea el motor que dirija su ejecución.