Mas, la aplicación de las disposiciones tiene en Manabí algunos aspectos que se deben analizar.  

Así, estos mini terminales surgieron ante la falta de instalaciones adecuadas, sean municipales o estatales que albergaran a cientos de vehículos que laboran en la necesaria actividad de la transportación colectiva; por ello hubo fuertes inversiones privadas al respecto.  En la realidad actual existen terminales municipales muy elementales en Calceta, Chone y Jipijapa; en las otras ciudades es la vía pública donde se realizan llegan y salen los transportes.  

El problema mayor se presente en las urbes más grandes: Portoviejo y Manta. En Portoviejo existe un terminal totalmente saturado, ahí ya no caben más vehículos y las flotas de transporte son muy numerosas: CTM, Reina del Camino, Vuelta Larga, Panamericana, Trans Esmeraldas, Flota Imbabura y otras más, algunas internacionales que también llegan al Puerto de Manta donde hay un terminal en construcción y uno central casi colapsado.  

Esta es la realidad.  ¿Qué va a suceder con los miles de pasajeros diarios que requieren un buen servicio de embarque y desembarque, uso de S.H. realmente sanitarios, salas de espera cómodas, climatizadas para un clima caliente como el nuestro, con asientos confortables?  Los usuarios deben ser respetados.  Por esto creemos que debe darse de urgencia un diálogo entre CNT, municipios (GADS), transportistas y ciudadanía, para abordar este importante tema de diaria realidad. Cada pasajero merece un trato óptimo, más cuando se trata de infantes, mujeres y personas con discapacidad o en edad avanzada, como manda el principio del buen vivir.  

Creemos que debe darse los pasos prudentes para utilizar lo mejor existente hoy, hasta que se emplacen verdaderos terminales con todos los elementos que hemos señalado y que los evidenciamos en las ciudades como Quito y Guayaquil.