Tras la invasión el pasado miércoles, el Gobierno brasileño otorgó a los hinchas extranjeros un plazo de 72 horas para dejar el país, el cual finalizó la media noche del sábado.
De acuerdo un comunicado de la Policía Federal, un ciudadano boliviano que también forzó su entrada al estadio ya abandonó el país sudamericano.
Según informó recientemente el cónsul de Chile en Río de Janeiro, Samuel Ossa, un total de 90 personas fueron detenidas por la invasión, entre ellas 88 chilenos, un boliviano y un colombiano.
De los 88 ciudadanos chilenos aprehendidos tras la invasión, dos de ellos residían en Brasil, por lo que no están obligados a abandonar el país, y un tercero era menor de edad.
Los hinchas que se nieguen a cumplir ese plazo serán deportados de forma sumaria, agrega la nota de la Policía Federal brasileña.