Es el caso de “Carito”, de 17 años, quien cuenta que desde los 14 utiliza Internet con el permiso de sus padres. Hasta hace poco que estaba de vacaciones en el colegio “me la pasaba conectada hasta las cinco de la madrugada”, dice. 

Al instante reacciona ante lo dicho, y acepta: “Si no existiera Internet dormiría mucho más”.  

Algo similar sucede con “Nina”, nombre protegido. 

Tiene 13 años y pasa de 10 a 12 horas al día navegando en la web. 

A su corta edad dice que “no viviría sin Internet”. Al comienzo sólo lo utilizaba como un juego virtual, pero ahora es su mejor herramienta para aprender cosas y la mejor forma de entretenerse. 

En los últimos cinco años ha aumentado el uso de Internet en Ecuador. Según un estudio realizado en el 2012 por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), un total de 35,1 % de personas usa Internet en el país. 

En Manabí, el 29,5 por ciento de la población tiene acceso a Internet, según el INEC.

APRENDEN RÁPIDO. Hoy en día es común ver a niños, niñas y adolescentes utilizando diferentes dispositivos electrónicos. 

Al consultarles a muchos de ellos cómo aprendieron a usarlos, dicen que fue fácil, que sólo bastó observar cómo lo hacían sus hermanos mayores, padres o amigos.

Pero para los padres surgen dilemas: ¿A qué edad le puedo permitir a mi hijo que use un computador, un celular o un equipo tecnológico? ¿Es positivo o no para los hijos el uso de Internet? ¿Debo prohibirlo para evitar que mi hijo (a) sea víctima de acoso o de algún tipo de maltrato cibernético? 

Los expertos en tecnología, profesores y psicólogos, coinciden en que la prohibición no es la solución ante los peligros a los que se exponen los menores.   

TIPS. Pedro Saldarreaga, psicólogo clínico, explica que no hay un estudio psicoevolutivo que determine una edad adecuada para empezar a usar las tecnologías. 

Los padres deben entender que esto se ha convertido en una necesidad para los niños, pero que debe ser una obligación para ellos como guías de familia manejar el uso de esta herramienta para evitar abusos o adicciones.

“Si los padres no se involucran, estarán aislados del mundo de sus hijos”, asegura. 

Así como “Carito” y “Nina”, muchos adolescentes y jóvenes seguirán usando la tecnología, porque encuentran en ella múltiples beneficios para las tareas del colegio, y hasta las redes sociales son útiles en los grupos de estudio, además de ser una distracción. 

Según datos del INEC, el grupo que más utiliza Internet comprende una edad de 16 a 24 años, un 64,9 % de personas a nivel nacional. 

Laura Mero, psicóloga educativa, coincide en que tanto padres de familia como maestros deben comprometerse con el cuidado de los menores y estar siempre alerta a sus actividades cibernéticas.

Para “Carito”, la tecnología es lo más extraordinario, pero dice que es necesario sacarle provecho de manera positiva y comenta que desde que controla sus horarios comparte más con su familia. 

REALIDAD. Las tecnologías y el aumento de los usuarios es algo que no se puede detener. 

Es importante que los padres entiendan que los hijos no están viviendo en su época, observa Pedro Saldarreaga. El psicólogo añade que el mundo ha cambiado tanto con las nuevas formas de comunicarse, que la mejor manera de cuidar a los hijos es aprendiendo y educándolos con el mismo lenguaje tecnológico, puesto que la prohibición no funciona. Pone énfasis en dos puntos que él considera como fundamentales. Ante todo, debe existir un excelente nivel de relación afectiva. Y en segundo término, un principio de autoridad que entiendan los hijos.   Para que exista autoridad tiene que haber primero un principio de identificación, dice.