Arturo Molina, morador, dijo que el terreno tiene unos 15 años en ese estado. Señala que allí estaba construida una casa patrimonial, que se incendió por dos ocasiones y de la cual ahora sólo quedan escombros y dos paredes que están a punto de caerse. 

En el lugar hay restos de lo que fue la casa patrimonial y de lo que en ella había. Molina recuerda que los dueños de esa vivienda tenían una panadería con un horno antiguo, cuya estructura se encuentra vieja y deteriorada. Agrega que por las noches en ese lugar se esconden los pillos, algunos mendigos llegan a dormir y jóvenes a fumar. Esto convierte al sitio en un barrio inseguro.

Molina, quien también es dirigente del barrio, comenta que su lucha por ese terreno ha sido incesante. En una carpeta guarda varias solicitudes que ha hecho al municipio para que limpie el terreno y para que se tome una decisión definitiva sobre el futuro del lote. Los moradores del barrio piden que se exija a los dueños la limpieza y cerramiento del terreno, o que en el lugar se construya un área recreativa o un dispensario médico.

> Mala imagen. María Guadamud, otra moradora, dijo que a veces siente miedo de que ocurra una violación en ese lugar que tampoco tiene iluminación. Añadió que el estado del solar da una mala imagen a las personas que transitan por allí.  

Andrés Ávila opinó que  sitios como éste, que están vacíos y tienen escombros y pequeñas estructuras como el horno de la panadería que un día hubo, siempre serán un atractivo para los delincuentes.  

Sobre los servicios en el barrio, los moradores aseguran que son regulares.  El agua llega todos los días sin problema. Lo mismo sucede con la energía eléctrica.