Una funeraria de Australia tuvo que mantener el cadáver de un hombre de 200 kilos durante una noche y sin refrigeración después de que un hospital lo rechazara por ser "demasiado gordo", informó hoy la prensa local.
Joanne Cummings, copropietaria de la funeraria en Port Headland, en el noroeste del país, tuvo que regresar el pasado miércoles a su vivienda con el cadáver y encender el aire acondicionado durante toda la noche, según explicó al diario "Sydney Morning Herald".