Desde la madrugada se observa una gran afluencia de personas en la planta baja donde funciona el área de carnes. En el segundo piso, donde se compra frutas, legumbres y desayunos, también hay clientes. Pero a medida que avanza el reloj los usuarios son menos. Los últimos sobreviven en el comedor, donde se almuerza con 1 dólar. Máximo a las 13h00, aseguran los comerciantes, el mercado ha perdido protagonismo. Ya pocos, o casi nadie, acuden por las tardes.